sábado, 7 de junio de 2008

Texto narrativo a partir de un espacio

En la ciudad de los enanos...


Era una gran ciudad, inmensa para mí. En cada rincón había un lugar diferente, cada uno representaba espacios que se encontraban en cualquier ciudad común. Había una Iglesia, una corte o un juzgado, no me acuerdo muy bien, había negocios, castillos, muchos juegos. Siempre era de día, siempre había sol, cada lugar tenía un color distinto, colores alegres, amarillo, rojo, celeste, rosa, y más.
Para entrar a esa ciudad había que atravesar una puerta grandísima, y mucha gente iba a pasear por ahí, sin embargo nadie vivía en esa ciudad y me costaba comprenderlo.
La respuesta que esperaba fue la que me dieron. Me resultaba difícil entender porqué por cada cosa del tamaño que ahora creo normal, había una exactamente igual, pero en miniatura, muy chiquita.
Pero claro, era evidente, era porque yo iba los fines de semana, cuando ellos descansaban, salían a pasear o a hacer vaya a saber uno que cosas. Ellos estaban allí los días de semana, seguramente trabajaban ahí, porque en esa ciudad los lugares que eran para grandes eran de su tamaño. Seguramente esa ciudad era de ellos, por eso tantos colores. Pero…y ella, ¿Dónde vivía? ¿Dormía ahí? ¿Trabajaba ahí? Quizás no, y solo se limitaba a visitarlos.
Nunca supe que pasaba en realidad con esos personajes, nunca iba a encontrarlos, así que me conformé con conocer lo poco que me habían contado.
Pasados unos cuantos años, bastantes creo, volví a aquella ciudad. Al recorrer el lugar me resultaba tan simple todo, la respuesta era obvia y me sorprendió. Así fue que decidí que la mejor respuesta no era la que tenía ante mis ojos, sino la que me habían dicho cuando era chica. Esa no era la ciudad de los niños, era la de un cuento, un divertido y hermoso cuento.

1 comentario:

Matías Murabito dijo...

Diar Luli: tenquiu for visit my blog! Prometo colgar la "oda al rojo" que escribí, pero primero le quiero hacer unos retoques, donde tal vez uncluya una mención "B"lanquiceleste. Nos vemos