Para detener el tiempo en un instante resulta
preciso concentrarse en un recuerdo en particular. Definitivamente el repaso de
los segundos transcurridos en ese momento debe ser casi constante, de manera
que los detalles no se dispersen.
Si se insiste en cerrar los ojos, la memoria
juega un poco más a nuestro favor, pero es un tanto complicado transitar la
vida sin mirar por dónde se va.
Los aromas suelen ser disparadores casi
indescriptibles, solo pueden volver si algo muy particular los despierta una
vez más. Así, se pueden sentir tan frescos como la primera vez.
Y si acaso intentamos rememorar cada sonido,
perpetuar cada palabra dicha, el tono dulce, el dejo suave de la voz,
convendría entonces repasar cada expresión .
El soñar trascendería las barreras de las
sensaciones, porque es allí donde nos es permitido ser libres, donde somos en
nuestra máxima expresión, sin censuras, sin tiempo, sin lugar. Allí todo podría
volver a suceder, una vez más, mil veces más.
Pero para poder detenerme en un instante,
para oír cada palabra, para sentir cada caricia, para no olvidar tus besos, tu
piel, para soñarte en mi mundo, creo sería imprescindible volver a vos.
Lu* Galeano.-
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