Imaginate un sombrero. No, pará. Mejor
imaginate un galera, azul tal vez. En la punta esta galera tiene muchos
resortitos de alambre y en cada uno de ellos con cinta de papel se pegaron
varias imágenes. Las imágenes tienen bordes blancos. Cada una representa una
idea, un recuerdo, un sentimiento, una sensación, quizás una ilusión o una
emoción, momentos, encuentros, reencuentros, risas, sonrisas. Es decir que la
galera tendría alrededor de miles de resortes.
Te ponés el sombrero. No, te pones la galera
azul. Te llega hasta la nariz. Es un poco más grande que tu cabeza, pero eso no
te deja más alternativa que cerrar los ojos. Te detenés en cada imagen. En
algunas sentís el olorcito a la comida de la abuela, en otra podés sentir el
viento que te despeina, en una te paraste demasiado tiempo y empezó a llover.
No, no llevabas paraguas, pero mojarte no te molestó. La siguiente era un
recuerdo. En la próxima te tomaban de la mano, caminabas descalzo quizás. Está
bien, caminabas descalzo por la arena. Otra te hacía cosquillas, como ayer, te
hacían cosquillas, te pintaban la cara, le pintabas la nariz. Te dolía la panza
de reír sin parar. Las mejillas.
Te sacás el sombrero. Perdón, te sacás la
galera azul de resortes y le agregás uno más, cortas un pedacito de cinta de
papel y le pegás una nueva imagen, esta vez una canción.
Luli * Galeano.-
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