martes, 18 de marzo de 2014

Galera...

Imaginate un sombrero. No, pará. Mejor imaginate un galera, azul tal vez. En la punta esta galera tiene muchos resortitos de alambre y en cada uno de ellos con cinta de papel se pegaron varias imágenes. Las imágenes tienen bordes blancos. Cada una representa una idea, un recuerdo, un sentimiento, una sensación, quizás una ilusión o una emoción, momentos, encuentros, reencuentros, risas, sonrisas. Es decir que la galera tendría alrededor de miles de resortes.
Te ponés el sombrero. No, te pones la galera azul. Te llega hasta la nariz. Es un poco más grande que tu cabeza, pero eso no te deja más alternativa que cerrar los ojos. Te detenés en cada imagen. En algunas sentís el olorcito a la comida de la abuela, en otra podés sentir el viento que te despeina, en una te paraste demasiado tiempo y empezó a llover. No, no llevabas paraguas, pero mojarte no te molestó. La siguiente era un recuerdo. En la próxima te tomaban de la mano, caminabas descalzo quizás. Está bien, caminabas descalzo por la arena. Otra te hacía cosquillas, como ayer, te hacían cosquillas, te pintaban la cara, le pintabas la nariz. Te dolía la panza de reír sin parar. Las mejillas. 

Te sacás el sombrero. Perdón, te sacás la galera azul de resortes y le agregás uno más, cortas un pedacito de cinta de papel y le pegás una nueva imagen, esta vez una canción.

Luli * Galeano.-